El culto a los muertos siempre ha sido una parte muy importante y representa la evolución de cualquier sociedad. La sociedad contemporánea evolucionó dando origen a generaciones de nativos digitales.
Internet es la evolución que mejor caracteriza el cambio de la sociedad del siglo 21, la transformación de los usos y costumbres, redefiniendo el concepto de espacio y tiempo.
En adelante la impresión 3D serà como un retorno a la artesanía a través del digital. Estos dos factores son y serán la base de los cambios en los próximos años; el proyecto nace de este concepto.
"Imprimir la Memoria" empieza con la cremación no sólo como un fin sino como un principio hacia la creación, inspirada en ejemplos de impresión 3D aplicados a la reconstrucción de hueso o de investigaciones de IAAC respecto a la impresión de arena.
Así que la masa de la carrocería, una vez más se convierte en el envase y el contenido, impreso con las cenizas de los difuntos con un aditivo para la solidificación.
La forma contiene un almacenamiento de red, y varía de un genotipo basado en variantes de: edad, fecha de nacimiento, fecha de la muerte, hombre o mujer, el lugar. El almacenamiento es una base de datos de los fallecidos y de todo lo que hizo en la vida y ha publicado, compartido y comentado en su red social.
Así que el papel de las redes sociales tiene un valor conmemorativa en la que los seres queridos pueden utilizar con el fin de recordar.
No es un adiós, sino un patrimonio que consultar a través de los vídeos de YouTube, Facebook, Twitter ... El espacio de reposo final se convierte así en un enorme archivo digital, una biblioteca de las emociones en la que cada miembro de la familia puede iniciar sesión con la tarjeta de identificación y revivir la vida de la persona fallecida, navegar por el interior.
de Claudio Granato Enrico Pieraccioli de Italia
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